Estudios en animales pequeños han demostrado que la silimarina ejerce un efecto protector hepático contra una variedad de toxinas incluyendo las falotoxinas de la Amanita mortal. Por otro lado, varios estudios clínicos humanos también han sido promisorios para las enfermedades hepáticas incluyendo la hepatitis y la cirrosis de diferentes orígenes. Los resultados de numerosos estudios sugieren que la silimarina tiene un potencial terapéutico considerable protegiendo a las células hepáticas intactas o a las células dañadas todavía no irreversiblemente al actuar sobre las membranas celulares para prevenir la entrada de substancias tóxicas. También es estimulada la síntesis de proteínas, por eso, se acelera de la misma manera, el proceso de regeneración y la producción de células hepáticas. fuente: http://hector.solorzano.com.mx/029.html buscamos distribuidores.
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